El ministerio de música es imprescindible en todo acto de adoración y alabanza del pueblo. Esto es así, no por meritos propios, sino porque de ese modo se expresa una realidad celestial. Es un mandato divino y una vocación.
Así como los cantores se agrupan por equipos, familias y genealogías para transmitirse unos a otros la formación y el perfeccionamiento de su ministerio, así nosotros debemos reunirnos, trabajar en equipo y transmitirnos lo que hemos aprendido.
Reunirnos a orar, a ensayar, y a tomar cursos, etc… Es parte del ministerio de la música al cual estamos llamados. No solo lo es llegar a la asamblea y cantar.
El ministerio de música es un llamado hecho por Dios a algunos, los cantores para dedicarse a servirle en el culto del día y noche. Requiere una consagración especial, apartar tiempo para el ministerio y en algunos casos ser exento de otros servicios para ocuparse del ministerio de la música.
( 1Cronicas 9:33)
Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios padre, en nombre de nuestro señor Jesucristo.
(Efecios 5:19-20)
La palabra en Cristo habite en vosotros con toda su riqueza, instruios con toda sabiduría, cantad agradecidos himnos y cánticos inspirados. Y todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre.
(Colosenses 3:16-17)
Buenos, festejen al Señor, pues los justos le deben alabar. Denle gracias, tocando la guitarra y al son del arpa entónenle canciones. Entonen para el un canto nuevo, acompañando la ovación con bella música.
(Salmo 33:1-3)
Si sientes que Dios te llama y sientes cualidades y aptitudes de canto y sobre todo un deseo de comprometerte en el servicio a Dios; glorificándolo con tu vida, ven y acércate al ministerio.